Violencia política: un mal mayor al que nos tienen acostumbrados

La violencia en la política no es algo nuevo. Sin innumerables los casos que se registraron a lo largo de los años en los que referentes políticos fueron protagonistas de alguna escena violenta. Ya sea como víctima o como victimario.

Se puede remontar el tiempo a 1935, cuando el senador Enzo Bordabehere fue asesinado a manos del comisario Ramón Valdez Cora en el marco de una serie de denuncias realizadas por Lisandro de la Torre.

Mucho más cerca en el tiempo, en 2019, el diputado Héctor Olivares y su asesor Miguel Yadon, fueron asesinados en la plaza frente al Congreso de la Nación, en su habitual caminata matutina.

Pero la violencia, en política, se ejerce de diversas formas. Puede ser el caso de Carlos Menem que no dudo en volar por los aires a Rio Tercero con el fin de borrar evidencias de la venta ilegal de armas a Croacia y Ecuador.

O también puede mencionarse el caso del kirchnerimso, que violentó a la Argentina y dejó muertos como consecuencia de una corrupción descomunal, nunca antes vista, y superando al maestro en esa materia: el propio Menem.

Incluso se puede encontrar desde lo discursivo, tal es el caso de Javier Milei, que no deja pasar oportunidad alguna para insultar a quienes considera sus “enemigos” que, sinceramente, son todos los que difieren con él.

Estos últimos días ocurrieron varios hechos de violencia en el ámbito político. Uno fue sufrido por la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien, tras la salida realizada en honor al papa Francisco el pasado lunes en una iglesia del barrio porteño de Flores, la abuchearon y le aseguraron que “como a los nazis les va a pasar, a donde vayan los iremos a buscar”.

Otro tiene que ver con la entradera que sufrieron los integrantes del Bloque Encuentro Federal, que encabeza Miguel Ángel Pichetto, en una oficina del Congreso de la Nación, donde rompieron mobiliario y curiosamente –o no- no faltó nada de valor.

Otro hecho más tuvo lugar en el centro porteño, en horas de la tarde del lunes, cuando el propietario del medio k El Destape, Roberto Navarro, fue golpeado en la cabeza por un sujeto desconocido que no medió palabra alguna.

Está más que claro que en todos los hechos aquí descriptos, que ocurrieron en un lapso de apenas dos días, hubo un incentivo político… o mejor dicho partidario, o en todo caso ideológico. Una locura total.

Porque quién tiene la potestad de decidir si una rama del pensamiento, o una cuestión ideológica está bien o está mal. En todo caso, por qué cada uno no es libre de tener una manera propia de pensar.

La violencia nunca, en ningún caso, es la respuesta. La democracia demostró que la diversidad de ideas pueden confluir en un punto en común por el bien de los ciudadanos. Hay casos y casos, obviamente. La mezquindad puede no abrirle los ojos –o la mente- a puntuales referentes de la política, pero aún así la violencia no está justificada.

Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.

Fuente: https://mendozatoday.com.ar/2025/04/23/violencia-politica-un-mal-mayor-al-que-nos-tienen-acostumbrados/