Tras la muerte de Francisco, así será la elección del nuevo Papa

A pesar de las numerosas reformas implementadas por el Papa Francisco en la Curia Romana durante su pontificado, no se realizaron modificaciones en los procedimientos que regirán el cónclave para elegir a su sucesor.

Por lo tanto, la asamblea de cardenales que se encargará de esta crucial tarea se adherirá a las mismas normativas que se utilizaron en marzo de 2013, cuando Jorge Mario Bergoglio fue elegido para ocupar el trono de San Pedro.

Estas reglas han permanecido notablemente consistentes a lo largo de los últimos 800 años, lo que subraya la tradición y la continuidad en este proceso trascendental.

Las Condiciones para ser Papa

Teóricamente, los únicos requisitos para ser nombrado Papa son ser un varón bautizado en la Iglesia Católica, sin restricciones de edad.

Sorprendentemente, no es necesario ser cardenal o sacerdote para ser elegible. Sin embargo, la última vez que se eligió a alguien fuera del Colegio Cardenalicio fue en 1378, cuando el arzobispo de Bari, Bartolomeo Prignano (posteriormente el Papa Urbano VI), fue convocado desde el cónclave en Roma.

Históricamente, incluso San Pedro, el primer líder de la Iglesia, se cree que fue casado o viudo, aunque ningún otro pontífice ha vuelto a tomar su nombre en los dos milenios de historia eclesiástica.

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El Procedimiento del Cónclave

Aunque los métodos para la celebración del cónclave han evolucionado con el tiempo, desde 2005 están formalmente establecidos por la constitución apostólica “Universi Dominici Gregis” (“De todo el rebaño del Señor”), cuyo subtítulo detalla la vacante de la Sede Apostólica y la elección del Romano Pontífice.

Actualmente, el Colegio Cardenalicio cuenta con 252 miembros, de los cuales 139 son menores de 80 años y, por lo tanto, elegibles para votar en el cónclave.

El camarlengo, actualmente el cardenal Giovanni Battista Re, convoca al Colegio Cardenalicio, que debe reunirse en el Vaticano, específicamente en la Capilla Sixtina, a más tardar 15 días después de la vacante papal, aunque este plazo puede extenderse hasta cinco días más.

El Lugar Secreto de la Elección

La Capilla Sixtina, dentro de la Ciudad del Vaticano, ha sido la sede permanente del cónclave desde 1878. El término “cónclave” significa “con llave”, lo que subraya el aislamiento del exterior durante el proceso de elección.

En la actualidad, la sala cuenta con estrictas medidas de seguridad para prevenir cualquier forma de vigilancia electrónica, incluyendo inhibidores de radio y teléfonos celulares.

Durante el cónclave, los cardenales están privados de acceso a periódicos, radio, televisión y cualquier comunicación externa. La violación de esta norma de confidencialidad conlleva la excomunión automática.

El Comienzo y las Votaciones

Una vez que los cardenales de todo el mundo se reúnen y las puertas de la Capilla Sixtina se cierran, se celebra una misa matutina especial, la “Pro Eligendo Pontifice” (por la elección de un Papa).

Después, al grito de “Extra omnes!” (todos fuera), los cardenales, tras jurar mantener el secreto de todo lo que ocurra durante la asamblea, quedan encerrados hasta que se decida el nombre del sucesor. Actualmente, durante el cónclave, los cardenales se hospedan en la Casa Santa Marta, una residencia tipo hotel construida en 1996 en el Vaticano.

El proceso de votación comienza con la elección al azar de nueve cardenales para supervisar el proceso: tres fiscales, tres encargados de recoger los votos y tres escrutadores.

Tras una serie de discursos, oraciones y reflexiones, se lleva a cabo la primera votación, con hasta cuatro votaciones diarias. El Papa es elegido cuando un único candidato obtiene una mayoría de dos tercios de los votos.

La Fumata, el Nombre y la Presentación

Después de cada ronda de votación, las papeletas se queman, dando lugar a la tradición de las “fumatas” para informar a los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro sobre el progreso de la elección.

La fumata negra indica que no se ha llegado a un acuerdo, mientras que la fumata blanca señala la elección de un nuevo Papa.

Cuando un candidato alcanza la mayoría requerida, el cardenal decano o el camarlengo le pregunta si acepta y qué nombre desea adoptar como pontífice. Tras la aceptación, las papeletas se queman produciendo humo blanco.

El nuevo Papa es conducido a la “Sala de las Lágrimas” para vestirse con una de las tres túnicas blancas preparadas. Finalmente, el cardenal decano lo presenta a la multitud desde el balcón principal de la Plaza de San Pedro con las famosas palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus papam!” (Les anuncio una gran alegría: ¡Tenemos Papa!), revelando su nombre y el nuevo nombre pontificio.

Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.