Los intentos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por adquirir Groenlandia no fueron bien recibidos por la población y los políticos de la isla.
Aunque Trump argumentó razones de seguridad para justificar la compra, la mayoría de los groenlandeses rechazan la idea de ser parte de EE.UU. y prefieren trabajar hacia una independencia bien estructurada en el futuro.
A pesar de las amenazas de Trump hacia Dinamarca, los habitantes de Groenlandia han dejado claro que su territorio no está en venta.
Las autoridades groenlandesas criticaron con firmeza la propuesta de Trump. El presidente de Groenlandia, Múte B. Egede, enfatizó que la isla pertenece a sus habitantes y que su destino debe ser decidido por ellos mismos.
Otros líderes políticos, como Erik Jensen y la ministra de Exteriores Vivian Motzfeldt, han denunciado la falta de respeto de EE.UU. hacia su país y han advertido sobre la seriedad de las intenciones de Trump. A pesar de las diferencias entre los partidos políticos, todos coinciden en rechazar la venta de Groenlandia.
En cuanto a la independencia, la mayoría de los groenlandeses la ven como un objetivo a largo plazo, pero no inmediato. Aunque hay consenso en que eventualmente la isla debería gobernarse a sí misma, la dependencia económica de Dinamarca sigue siendo un obstáculo importante.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.