En tiempo récord, la Cámara Baja del Congreso de EEUU aprobó, con el apoyo de la mayoría demócrata y un grupo de legisladores republicanos, la apertura en el Senado de un segundo juicio político contra el presidente saliente, decisión inédita en la historia del país y a siete días de la asunción del mandatario electo. La votación final será cuando este último ya esté en la Casa Blanca.